martes, 27 de enero de 2015

Tras los pasos de Gricel

Que José María Contursi, letrista de tangos exquisitos como “En esta tarde gris”, “Como dos extraños” y “Tú”, se enamoró de Gricel Viganó es algo ya conocido.
Que de ese amor prohibido, él casado, ella lejos, nació el tango “Gricel”, también es algo familiar para los que gustan del tango.
Lo demás son detalles de color de una historia que pareciera haberse contado en forma suficiente: que fue gracias a Nelly Omar que se conocieron; que se reencontraron en la confitería El Molino; que vivieron en Capilla del Monte, donde se casaron en la parroquia de San Antonio, hasta la muerte de Contursi.
Sin embargo, este amor sigue teniendo un halo de silencio. En Capilla, si se pregunta por Gricel, la del tango, nadie parece saber de qué habla uno.
Busqué, entonces, información en el ciberespacio y salí decidida tras los pasos de Gricel. De su casa. De su mundo. Ese que enamoró a Contursi.
Desplegué el mapa y caminé. Un perro rubión y amable me acompañó en la aventura. Cuando llegué a la calle 9 de Julio, a la Hostería La Atalaya que fue de sus padres, busqué con ansiedad en las paredes de la casa de al lado. Una huella, una plaquita, algo. Algo real que me indicara que fue cierto que ahí, en ese barrio, en esa calle polvorienta, dos personas se mantuvieron unidas a través del tiempo y la distancia. Un “369” sobrio, prolijo, se recortaba en la pared blanca. No había foto, ni palabras. Nada.
Nadie sabía de Gricel. Su casa permanecía en silencio para los curiosos. El amor siguió encaramado en su forma mítica para los tontos que necesitamos ver para creer, detrás de esas paredes claras.
Me volví contrariada. En el camino pensé algunas hipótesis para ese extraño silencio: alejar a los turistas; la casa equivocada; un amor que era mejor no recordar.
Lo más probable es que entre las dos primeras esté la correcta, sin embargo, me gusta quedarme con la última. Gricel era nueve años menor que Contursi, tenía apenas 14 años cuando conoció a este mujeriego empedernido. Ella había ganado varios concursos de belleza, sabía idiomas y piano, era una niña bien con futuro promisorio. José María estaba casado y tenía una hija. Él vivía en Buenos Aires, ella en Córdoba. No había indicios de que pudiesen ser el uno para el otro.
A pesar de esto, cuando él se le acercó, nada pudo detenerlos. No hubo olvido. Siguieron encuentros furtivos, por un lado, e hijos y matrimonios por otro. Ella conoció a otro hombre y tuvo con él un hijo, pero este al poco tiempo la abandonó por otra. Contursi se esforzó por renunciar a ese amor apasionado y tuvo tres hijos más con su esposa, aunque continuó con el gusto por las mujeres y la bebida.
Cuando se reencontraron muchos años después, tras la noticia de la viudez de Contursi, Gricel ya separada, trató de apartarlo de la depresión y el alcohol, y lo convenció para volver a Capilla del Monte a vivir allí su vida. Lo demás es final feliz para ellos. Pero quizás solo para ellos.
Cuando el amor conlleva tanto dolor, para los que se aman y para los que los vieron amarse; tantas expectativas rotas para quienes arrastró semejante remolino: los protagonistas y los otros, quizás nadie se atreva a exhibirlo. Y tal vez sea mejor así.
No hay una plaquita que diga “Aquí vivieron felices Gricel y Contursi”, no. Quedan, sí, los versos de “Otra vez Gricel”, que atestiguan: “Ya lo ves.../ Los años pasan escapando del ayer, / Y nos destruyen sin pensar que estamos viejos / Y que somos el espejo... / De un desencanto. / Otra vez... / Tengo el celeste de tus ojos y tu piel /Y son mis penas que te piden que te quedes, / Que te quedes para siempre... / ¡Gricel... Gricel...!,  aunque curiosamente sea un tango bastante desconocido. También queda un documental-musical del 2012, “Gricel. Un amor en tiempo de tango”, que rodó apenas unos meses por los cines y se sumió en el mismo silencio que la casa que visité.
Pensé al volver por las calles empinadas que los mejores amores son los que permanecen en la mistificación, en el plano del ideal, de la fe. Cuando aparecen los elementos reales, la casa, la familia, los enredados y arrastrados por el torbellino amoroso que no eligieron subirse a ese tren, entonces, la cosa cambia. Los finales felices ya no son tan felices, ni los amores inolvidables tan perfectos. Tras el amor de unos, nacen las heridas, los engaños, las decepciones, las penas de otros.
Por eso tal vez haya sido mejor optar por algunos silencios. El silencio pone su manto de piedad sobre un amor humano, demasiado humano, que el tango elevó y que la imaginación popular coronó como una de las historias de amor más bellas.
Y así, desandando mis pasos, me volví tarareando bajito los versos de “Gricel”, a Buenos Aires...


6 comentarios:

  1. Hola....hermosas tus palabras y confirmo que esa es la casa que estuve buscando en google. Todo empezó con una conversa con mi madre sobre tango, y una historia de unos vecinos que aparentemente eran familiares de José María......ahí empezó mi búsqueda. Un afectuoso saludo Mariana. Daniel Magan.

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  2. ¡Hola, Daniel! Muchas gracias por tus palabras y por escribir. Hay un misterio tan extraño sobre la historia, que es muy difícil encontrar información certera, fotos, etc. En la película de Jorge Colás aparece la casa. La vi después de sacarme esa foto, y sentí una enorme alegría "confirmatoria". ¿Eran tus vecinos finalmente familiares de Contursi? ¡Azuzaste mi curiosidad, Daniel! Gracias por pasar por aquí y contarme sobre tu búsqueda. ¡Saludos! :)

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    1. Hola Mariana !...lindo saber que existe quien le interesan las mismas cosas que a uno !. Cuestiones que para otras personas pueden ser totalmente intrascendentes.
      Te dejo el enlace de un video que quizá ya viste, que le hicieron a una de las hijas de José María (Alicia).....ahí hay buena data. Vivió ella y sus tres hermanos (el varón fallecido de niño), con José María y su esposa; la calle Otamendi (Caballito).....cerca de mi casa. Era la casa de los suegros de José María, luego de que el suegro vende la casa se mudan a la calle Chaco n° 20 (cerca de parque Rivadávia).....es ahí donde reaparece gricel.....lo demás lo podrás escuchar en el video.

      https://www.youtube.com/watch?v=aHbb9urXpTE

      https://www.youtube.com/watch?v=7DWMzIllboI

      Este segundo enlace es del programa de Emilio Del Guercio (como hice)....ahí hay buena data también, aunque supongo que ya los habrás visto.
      Mi madre me cuenta que en el barrio (Lomas del Mirador) se decía que antes de su muerte en el 72 José María vivió en la casa de su hermano, me asegura haberlo visto.....que inclusive tenían en el lugar un pequeño almacen.....en ninguno de los videos o escritos que ví hablan de tal historia.....quizá solo fué un mito urbano. Le escribí a Alicia Contursi (todavía no me contestó), contándole la historia y que me diga si es verdadera o no. Otro día te contaré cuando viviendo en el barrio de la boca, me enganché con la historia de Ada Falcón y sus amores con Canaro (supongo que viste la peli "yo no se que me han hecho tus ojos" de Lorena Muñoz y Sergio Wolf.......y si no lo viste Hazlo !!!!!.....moriras !!!!!.
      Cerca de donde yo vivía en la boca....Av Alte Brown, había una pizzería (TUÑIN), donde Ada....Gardel y Canaro iban a comer pizza.....luego se iban Ada Y Gardel a caminar por la costanera sur.....bajo la atenta mirada de Canaro.....y Carlos le decia......"piba linda cantame yo no se que me han hecho tus ojos " !!!. Saludos Mariana !!!

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    2. Gabriel Schiaffino8 de abril de 2018, 5:22

      Hola Mariana!!! Lamento mucho leer tu nota sobre Gricel y que descreas de la historia. Te cuento que actualmente y desde el año 2005 soy el titular de la HOSTERÍA ( HOSTERÍA LA ATALAYA 9 DE JULIO 371 CAPILLA DEL MONTE - CORDOBA ) que fuera de propiedad de los padres de Gricel y ellos vivían en 9 de Julio 369. Quedo a tu disposición por si querés tener algunas fotos y la historia contada por la hija de Gricel .
      Bueno, si es de tu interés podes ubicarme en el facebook "hosteria la atalaya". Saludos

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    3. Hola, Gabriel! Gracias por detenerte a leer la nota. ¡No descreo de la historia, al contrario! Su misterio y su magia me llevaron hasta capilla y a recorrer las calles para encontrar la casa. Es una historia de amor bellísima, que supongo dolorosa en su proceso. Lo que me sorprende, y es lo que quiero destacar en el artículo, es el halo de misterio que hay sobre ella. Me costó mucho encontrar la casa, y pregunté a mucha gente y nadie parecía saber nada. Te agradezco que hayas escrito y que te brindes. Con seguridad cuando vuelva a Capilla pasaré encantada por allí. Sería un honor y una alegría poder conversar con ustedes de esta historia tan bella. Un saludo afectuoso.

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  3. https://www.youtube.com/watch?v=k2RwZLf3rho

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