martes, 16 de julio de 2013

Carrera de Poetas

     Cuando se encargó a Carlos y a Pedro la tarea de escribir unas palabras alusivas para la apertura de la Primera Competencia de Corredores, no pudieron ponerse de acuerdo. Una sola cosa los unía: su pasión por Fangio y las carreras. El resto no existía. Dos caminos paralelos sin puentes. Dos temples distintos. Dos miradas, dos lenguajes… dos mundos opuestos.
     A pesar de esta dificultad, siguieron adelante resolviendo el desajuste de una manera singular: Cada uno escribiría y recitaría un breve poema alegórico.
     El inicio del espectáculo fue formidable. Cada corredor con su gorra y antiparras, sus pañoletas coloridas al viento, sus vehículos a punto, sus banderines. Una verdadera fiesta de triciclos, motocicletas con sidecar y automóviles; todos agrupados, expectantes, vivaces.
     Antes de comenzar el discurso, Pablito Gutierrez se paró ante el palco principal y les pidió a los poetas veloces que posaran para la foto. Lo hicieron con solemnidad y prestancia. Quizá, quién lo sabía, podrían quedar en los anales de la historia.
     Finalmente, se leyeron los poemas de apertura. Un momento inolvidable. Lamentablemente Pablito no logró inmortalizar el rostro perplejo de la multitud, inmóvil, extrañada, pues él también lo estaba. El primero en leer fue Pedro, estructurado, recargado, rimbombante, artificioso. Luego Carlitos, oscuro, atormentado, triste; “el poeta maldito”, lo bautizaron algunos visionarios.
     No hubo aplausos. Un silencio incómodo reinó en la multitud, que se dispersó hacia sus puestos rápidamente. Lo demás: performances, ganadores, premios, festejos, han quedado debidamente registrados en la Federación de Corredores Asociados. Felizmente, y a pesar de todo, el evento fue catalogado como “grato”, en la memoria de los ciudadanos.
     A continuación, transcribimos lo que cada poeta recitó esmeradamente aquella mañana:

                            Poema de Carlitos:

Correremos veloces,
Contra el tiempo.
Locura.
Pasión.
Desborde.
Espanto.
Destrucción.
Y nos volveremos pájaros,
o murciélagos
ensombrecidos de dolor.
Y por fin,
seremos más rápidos
que el viento
y que la muerte.
  
                               Poema de Pedro:

¡Oh! Carros veloces de Apolo, con ahínco esmerado
inspira a estos hombres que te emulan y te honran,
desafiando las vías del infausto destino semoviente.

Levanta en el blanco regazo de tus nobles corceles
a quienes se exultan con la contemplación divina
del que enviaste, Juan Manuel Fangio, Dios terrestre.

Aureola y entroniza con laureles, a tus siervos que te loan.
¡Oh, Apolo!, protégenos y guíanos lejos del Faetón doliente,
y capitanéanos hoy, con tu gracia, hasta la victoria, siempre.


Nota: Al año siguiente, la Comisión Directiva consideró conveniente prescindir de los discursos de apertura. El público y los corredores, agradecidos.


Cuento de la serie "Los amigos de Pablito Gutiérrez". Para conocer más sobre el proyecto hacé click AQUÍ. Para conocer las obras y al pintor de la serie, Javier Zeba, hace click en su nombre. 

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