No son materiales ni concretas.
A veces, ni siquiera identificables.
Son ideas/recuerdos/sensaciones/disposiciones/pensamientos.
Palabras difusas cargadas de múltiples sentidos (esquivos).
Mandatos.
Desesperanzas.
Causalidades indeseadas.
Herencias.
Represiones.
Deseos incumplidos.
Son "cosas" que están, aunque no lo sepamos con certeza.
Aunque no podamos mirarlas bien a la cara.
A veces se diluyen y son livianas, llevaderas,
por un momento agadablemente olvidables.
Pero otras veces se condensan, se vuelven opacas, molestas.
Y son esos los días que arrastramos los pies.
Días de piedras.
Nudos.
Grilletes.
Días en que sentimos
sobre la espalda doblada
el peso de las cosas.
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